viernes, 4 de septiembre de 2009

JdT - Catelyn I

Tras un largo parón, y ahora que he vuelto a darle a los libros, esta vez en formato audio (muy muy recomendables, el acento inglés de Roy Dotrice se sale), retomo este proyecto abandonado.

En el primer capítulo de la esposa de Eddard Stark, se nos presenta no sólo su personaje sino también las diferencias y contrastes entre ella y su marido. Esencialmente es una diferencia religiosa, entre los dioses antiguos de los norteños, más arraigados a las viejas costumbres, y los dioses modernos que son la fe mayoritaria de Westeros.

Catelyn visita el bosque de los dioses de Invernalia para encontrar a su marido lavando su espada de acero valyriano, Hielo, tras los acontecimientos vistos en el capítulo Bran I. El lugar no es de su agrado, ella cuenta con su pequeño sept para sus oraciones, pero las noticias que trae no pueden aguardar. Tras una breve charla acerca del estado decadente de la Guardia de la Noche, y una primera referencia a Ben Stark, Catelyn pasa a describir los sucesos de la actualidad.

Jon Arryn, la Mano del Rey, ha muerto en Desembarco del Rey. De nuevo se nos introduce al personaje, recordando la historia reciente de Westeros con la guerra contra Aerys II Targaryen, y cómo el llamado rey loco había pedido a Lord Jon la cabeza de aquellos que habían sido sus pupilos en el Nido de Águilas, lugar de la casa Arryn, Eddard Stark y Robert Baratheon, y que entonces eran sus máximas amenazas.

También se recuerda cómo Jon Arryn y Eddard Stark habían desposado a las hermanas Tully, Lysa y Catelyn respectivamente, pasando su relación a ser de fraternidad. Así, la repentina enfermedad de Lord Jon había hecho imposible que el Gran Maestre Pycelle salvarle la vida, y su mujer Lysa desoyendo al Rey, había escapado con su enclenque hijo Robert hacia el Nido de Águilas.

Catelyn se muestra preocupada por el hecho, y hubiese preferido que su hermana hubiese elegido Aguascorrientes como destino, el lugar de la casa Tully, a lo que Eddard le recuerda que en el Nido también cuenta con su hermano Brynden Tully, nombrado hace años Guardián de la Puerta.

Así mismo, Eddard le sugiere a Catelyn que vaya a confortar a su hermana en estos momentos de dolor, pero Catelyn le responde que no es posible: el Rey y su comitiva se dirigen hacia Invernalia. Eddard sorprendido se alegra de poder ver de nuevo a su amigo, y ahora rey, Robert Baratheon, pero a la vez muestra su desprecio por los Lannister, la familia de la Reina y recuerda como durante la guerra contra el Aerys II no prestaron su ayuda hasta que el conflicto estaba ya decidido.

La forma repentina en que se produce esta visita tras los acontecimientos recientes le da que pensar, pero ante su mujer sólo se permite expresar preocupación por cómo se las arreglarán para organizar un festín real con tan poco tiempo de antelación.

Así termina un capítulo, en el que se nos comienzan a explicar las diferencias entre las diferentes casas nobles y la historia más reciente de Westeros. Igualmente, se introduce el primer eslabón de la cadena de intrigas de la novela, una muerte repentina. Una buena antesala para lo que ha de venir.

sábado, 22 de noviembre de 2008

JdT - Bran I

Sin duda alguna, uno de los mejores capítulos de toda la saga (de hecho es mi favorito), a pesar de la prontitud con que se presenta en la obra, no en vano es el primer episodio en el que se nos presentan a algún personaje principal.

El capítulo se narra bajo el punto de vista de Bran, el cuarto hijo legítimo de Eddard Stark, señor de la casa Stark y representante del Rey en el Norte, es decir, Guardián del Norte. Como tal, Eddard es el encargado de dispensar la justicia del Rey, en este caso, aplicar la pena de muerte a un hombre vestido completamente de negro, desarrapado y al que le faltan las orejas y algunos dedos debido al frío (umm... me suena esa descripción de algo...).

Junto a Eddard y su hijo Bran también aparecen en este capítulo Robb, el primogénito del Lord Stark, Jon Nieve, bastardo de Stark y Theon Greyjoy, del cual no se nos ofrecen referencias, salvo que es un poco 'gili' en comparación con los hijos de Stark.

A priori, Robb piensa que el condenado a muerte es un salvaje del otro lado del Muro, contagiando a Bran, sentado en su pony entre los caballos de Robb y Jon, de esta hipótesis. Es entonces cuando Theon lleva a Eddard su espada de acero valyriano, llamada Hielo (se describe como una espada ancha como un hombre, más alta que Robb y de un acero negro forjado mágicamente por la gente de Valyria, de la que no se nos da más información). Stark decapita al condenado en nombre del Rey, mientras Bran es aconsejado de no desviar la mirada, a menos que quiera disgustar a su padre (después nos enteraremos del por qué).

Empieza en ese instantes un debate acerca de la muerte del condenado, ya que Robb opina que murió valientemente mientras que Jon cree que estaba completamente aterrorizado. Personalmente, y tras leer el prólogo de este libro, yo estoy con Jon (y no porque sea mi personaje favorito, que también lo es).

Eddard se acerca a su hijo Bran y se interesa por cómo ha visto la ejecución. Bran le comenta sus dudas acerca de la identidad y la muerte del condenado, y Eddard le explica que el condenado no era su salvaje, sino un desertor de la Guardia de la Noche, siendo éste el peor tipo de criminales, ya que conscientes de que si son prendidos serán condenados a muerte, no dudan en cometer todo tipo de delitos sin mayor remordimiento. Así mismo, ante la duda de Bran de si puede un hombre ser valiente cuando está atemorizado, Eddard le responde que ese es el único momento en el que un hombre es valiente de verdad.

Sin embargo a Eddard lo que le preocupa no es que su hijo entienda por qué debía morir el condenado, sino por qué él debía ejecutar la sentencia. Por ello le explica que los Stark descienden de los Primeros Hombres, y que sus tradiciones les obligan a ser ellos los ejecutores cuando dictaminan una pena de muerte, evitando la descarga de responsabilidades y debiendo mirar a los ojos y escuchar las últimas palabras del reo. Si uno no es capaz de ello, quizá el hombre que a mandado matar no merece morir. Es un toque 'hombrearañesco', pero que al que escribe le parece fascinante, cómo un señor feudal como puede ser Eddard enseña la ética más básica a su hijo.

Y así, tras el momento aleccionador de Eddard con su vástago, se pasa al otro momento álgido del capítulo: el encuentro por parte de Robb de una loba herida por parte de Robb.

Durante el camino de vuelta, el primogénito Stark se topa con una hembra de lobo huargo herida por un cuerno de ciervo. La incredulidad de casi toda la expedición, incluido Theon Greyjoy, que remarca que desde hace más de 200 años no se había visto un lobo huargo al sur del Muro, reina, pero no deja de crecer cuando junto a la loba se encuentran 5 cachorros de lobo huargo, 3 machos y 2 hembras.

Greyjoy propone asesinar a las que el llama 'aberraciones', pero Jon remarca que el hallazgo tiene algo de particular. Siendo el lobo huargo el escudo de armas de la casa Stark, y teniendo el Lord Stark 3 hijos y 2 hijas, parece algo más que una simple coincidencia, parece cosa del destino. Ante la pregunta por parte de Eddard de si Jon no quiere un lobo para él, Jon Nieve responde que él no es un Stark, aunque sea hijo de Eddard. Esa manera de autoexcluirse, de tener claras las cosas, habla muy en favor de Jon y de cómo él ve su relación con la familia Stark.

Sin embargo, justo antes de retomar la marcha, Jon escucha los gemidos de otro lobezno. Cuando se acercan descubren que el cachorro es albino, y que posiblemente la manada lo hubiese abandonado. Jon no duda ni un instante en adoptarlo.


















Un capítulo que podría considerarse una capítulo-parábola, en el que Martin nos introduce a la familia Stark y su ética, siendo su contrapunto el 'estúpido' Greyjoy, y a mi entender usando perfectamente los recursos de este tipo de narraciones.

jueves, 6 de noviembre de 2008

JdT - Prólogo

El prólogo de este libro nos introduce en el mundo de la Canción de Hielo y Fuego, y nos narra un primer e inquietante pasaje.

Desde el punto de vista de Will, éste nos describe cómo su compañero Gared y él exploran más allá del muro bajo las órdenes de su bisoño comandante Ser Waymar Royce.

En este capítulo se nos introduce a la Guardia de la Noche, una especie de milicia encargada de defender la frontera norte de Westeros, en la que hay construido un muro que, según nos describe Will en respuesta a las preguntas de su comandante, en las últimas guardias estaba llorando, dado que no hace demasiado frío. Cabe pensar pues que sea una estructura construida en hielo o nieve.

Respecto a la Guardia de la Noche, amén de su caracter vigilante, también se nos explica como se entra en ella, si bien al joven comandante hijo de noble le nombraron caballero y después le enviaron a formar parte de ella, Will nos cuenta como tras ser detenido mientras cazaba furtivamente le dieron la opción de ingresar en la Guardia o de perder sus manos. No parece ser que la Guardia de la Noche sea precisamente un cuerpo de voluntarios.

En el capítulo se narra como tras estar persiguiendo a los salvajes (cierta tribu que habita al norte del Muro) durante 9 días, el tiempo ha ido empeorando paulatinamente y el frío ha ido en aumento. Así mismo, el capítulo parte del descubrimiento de dichos salvajes muertos en su campamento por parte de Will. Las primeras conjeturas es que haya sido a causa del temporal, ya que no hay signos de lucha, pero Royce les hace ver que eso es imposible, ya que el frío no ha sido lo suficientemente intenso como para matar a un hombre. Gared, con más de 40 años en la Guardia y que ha sufrido el frío en sus carnes (sus 2 orejas, 3 dedos del pie y el meñique de su mano izquierda para ser exactos) no parece estar muy de acuerdo con su superior.

Tras descartar la opción de regresar, Ser Waymar Royce decide que Gared se quede en la retaguardia cuidando los caballos, mientras él y Will echan un vistazo al campamento de los salvajes. Gared propone hacer un fuego para espantar posibles enemigos, pero Royce le prohibe que lo haga, ya que según él, el efecto sería el contrario.

Una vez en el campamento, Will descubre para su sorpresa que no queda ningún cuerpo de los que vió y el miedo empieza a hacerse con él. Sin embargo, el joven comandante no parece estar dispuesto a volver con las manos vacías y le ordena a Will que suba a un árbol para ver si divisa algún fuego.

Es ese momento cuando hacen acto de presencia los Otros, unos espectros altos y demacrados, de tez muy pálida y ojos de un azul hielo muy intenso. Primero uno y después hasta seis, se abren paso de entre los árboles, y dan cuenta del comandante ante el pavor de un Will que no hace sino observar cómo las extrañas espadas (que parecen poseer un filo que semeja cristal, con un débil brillo azulado) que portan los entes atraviesan una y otra vez a su compañero, tras destrozar en añicos su espada.

Tras un rato, una vez marchados los Otros, Will baja de su escondite y recoge la empuñadura de la espada destrozada como prueba. Justo entonces nota como Ser Waymar Royce se alza y con sus elegantes manos le estrangula, mientras su nueva mirada azul lo atraviesa. ¿Se habrá convertido Royce en un otro?

Aquí es dónde termina este capítulo, que nos da a entender que algo extraño está ocurriendo más allá del muro. De los 3 personajes introducidos, el joven noble se nos presenta como un líder inexperto que al final, y tras desoir a sus compañeros, paga su soberbia. Will nos deja entrever su baja calidad humana (no deja de ser un delincuente, aunque se haya alistado en la Guardia), mostrando su avaricia ("un gran hacha de batalla de doble filo... sin tocar... un arma valiosa...") y su cobardía, si bien sigue en todo momento la disciplina. Y Gared, queda como el experto explorador curtido en mil batallas que se atreve a semi-retar a su superior, pero que sabe que lo mejor es morderse la lengua, y que Martin lo deja como superviviente al final del episodio. ¿Llegará con vida a dar la alarma? Parece que ese es el papel claro que le queda a este personaje. Al menos, lo deberíamos volver a ver en las próximas páginas.

Un capítulo inmersivo, que dado su tono de suspense y su atmósfera sobrenatural, nos empieza a desvelar el mundo fantástico de Westeros.

viernes, 31 de octubre de 2008

JdT - Mapas

Apenas pasamos las primeras páginas del libro, nos encontramos con los mapas de un continente llamado Westeros (pésimamente traducido por Poniente), que guarda una sospechosa semejanza a la mayor de las Islas Británicas. Uhmm...




JdT - Portada

Lo primero que uno se encuentra, como sucede con la mayoría de los libros, es la portada.

En este caso, describiré la de la primera edición americana, que si bien es la misma que la de la versión "Círculo de Lectores" americana, se diferencia en un par de cosas: el tamaño (la Book Club Edition es más pequeña), y el acabado (la original es papel de plata, mientras que la BCE es mate).

En ambas nos encontramos un trono en relieve que, a la sazón del título, parece muy apropiado. Posteriormente nos enteraremos de que trono es, si hay más, o a que narices viene el título.

Así mismo, y también en relieve pero en mayúsculas y azul marino, , nos encontramos con el título, con el nombre del autor y con unas de las mejores reseñas que jamás se hayan publicado en una portada: "Grabs hold and won't let go. It's brilliant." - Robert Jordan
Lo que viene a ser un "Te engancha y no te suelta. Es brillante.", ni más ni menos de parte del ya difunto Sr. Jordan (q.e.p.d.), todo un super-ventas del género fantástico gracias a su saga La Rueda del Tiempo. George R. R. Martin siempre ha dicho que aunque quisiera no podría agradecerle en su justa manera la recomendación.

En resumen, una portada austera a la par que elegante, y que no nos deja entrever nada de lo que sucederá en las más de 700 páginas que alberga este tomo.